

La historia de este nombre se remonta a 1939 cuando Frank y Teresa Bellisimo crearon el Anchor Bar en la ciudad de Buffalo, Nueva York. Este bar pasó años sin pena ni gloria hasta 1964, cuando los dueños esperaban su habitual reparto de pollo, pero en lugar de recibir un surtido de piezas recibieron únicamente alas. Como no sabían qué hacer con ellas Teresa se puso a experimentar e introdujo en la freidora algunas, para después rebozar en salsa picante.
Los catadores fueron los amigos del hijo de la pareja. Ellos se encargaron de volver estas alitas en un éxito instantáneo, y a los pocos días ya se habían convertido en el acompañante principal del bar.
Nosotros en Al toque de sal, te traemos también estas deliciosas alitas con nuestro toque especial de la casa, las cuales se convertirán en el acompañante perfecto para tu bebida.
Leave a Reply